El año pasado las expectativas de crecimiento terminaron siendo menores a lo que sucedió. Hoy, hay quienes creen que existe demasiado optimismo para los próximos meses.
La mayoría cree que el año recién iniciado será intenso en materia de actividad económica. Economistas, empresarios del sector de la industria y financistas tienen un buen pálpito para 2011. Pero hay quienes creen que no es tan así y señalan que podría ocurrir todo lo contrario al año pasado. En el verano de 2010 la mayoría de los pronósticos sugería que la economía argentina crecería 4%. Todavía estaban presentes los fantasmas de la recesión de 2009. Pero rápidamente la economía demostró que estaba para más y cerró diciembre creciendo a toda máquina. El producto bruto subió por encima de 8%. Hay quienes creen que ahora podría ocurrir justo lo contrario. La mayoría está convencida de que la economía crecerá cerca de 6%. Pero algunos, en voz muy baja, creen que será 4%. Es cierto que un crecimiento de 4% no significa una situación de crisis ni nada que se le asemeje, pero sí significaría una clara desaceleración de la economía con respecto a 2010 y la evidencia de que un ciclo de crecimiento a tasas altas con inflación elevada genera desgastes.
Al revés que en 2010
Hay dos factores que no van a empujar la economía como en 2010: Brasil y la cosecha. Hay quienes creen que eso es suficiente como para que la economía crezca al 6% y no al 8%. Pero, en realidad, hay otros temas que podrían aguar la fiesta: la inflación y la apreciación del tipo de cambio. Javier Alvaredo, director de ACM, es uno de los que sostiene esta idea. “Efectivamente este año podría pasar lo contrario a 2010: arrancamos con expectativas altas y el crecimiento podría terminar siendo menor al que se espera”. La mayoría de las consultoras proyectan un producto subiendo entre 5 y 6%. Pero hay sospechas de que la profesión se encolumnó detrás de un optimismo alimentado por las recientes cifras fabulosas de consumo, construcción y producción industrial. El informe Top Risks 2011 de Eurasia Group señala que la Argentina es uno de los mercados emergentes sobre los que hay exceso de optimismo. “Cristina Kirchner probablemente gane y su política no cambiará”, dicen Ian Bremmer y David Gordon (ver nota aparte). La inflación es uno de esos temas pendientes. El consumo todavía no acusa recibo de los precios más altos y los economistas empiezan a releer los manuales. Es cierto que los mecanismos de indexación y una política monetaria laxa fogonean la demanda. Pero hay quienes creen que la actividad se desacelerará gradualmente como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo. De esa manera, incluso, la inflación podría hasta autorregularse.
Menos consumo
Rodrigo Alvarez, economista gerente de Ecolatina, apunta a que la cosecha de este año será menor la esperada. Sin duda, un dato clave para 2011. Un mes atrás los cálculos decían que la producción de la campaña rondaría los 96 millones de toneladas pero la falta de lluvias perjudicó los cultivos y hay quienes creen que la cosecha podría reducirse en 10 millones de toneladas. Los economistas no creen que haya un impacto macroeconómico negativo porque los dólares que no entren por las mayores cantidades vendidas ingresarán por los precios más altos. Pero menos toneladas de producción significan menos actividad en las economías regionales con todas las consecuencias que ello genera aguas arriba (transportistas, molineros, maquinaria, etcétera). Luciano Cohan, economista de la Consultora Analytica, hace un punteo de los factores que explicarán un desempeño peor al imaginado por el grueso de los economistas. Las exportaciones crecerán menos que en 2010 porque la economía brasileña se enfriará (crecerá 4%) y la cosecha caerá. “Pero es en el consumo privado donde veremos la desaceleración más importante”. Cohan cree que la masa salarial no crecerá mucho durante el año. En particular la de los trabajadores no registrados porque tienen más dificultades para evitar retrasarse en las escaladas de precios y salarios. En segundo lugar, durante 2010 existió el efecto de la Asignación Universal puesta en marcha a fines de 2009 por 2% del PIB que no existirá en 2011 (sólo la variación real de la AUH respecto al PIB es expansiva). En tercer lugar, el consumo de 2010 fue principalmente dinamizado por la compra de bienes de consumo durable (autos, lavarropas, heladeras, plasmas, etcétera) que difícilmente se repita en 2011. “Mi impresión del crecimiento de la compra de bienes de consumo durables es que se explican por la caída en la propensión a ahorrar y el paso de stocks de ahorro a bienes, ambos fenómenos impulsados por la inflación y de corta vida”. El consumo público será el ancla al crecimiento. La evolución del gasto del último trimestre del año es un reflejo de lo que sucederá en el año. “La economía crecerá 4%”, resume.
¿Menos inflación?
La inflación es otro tema sobre el cual existe consenso entre los economistas. Todos creen que subirá en 2011. Hay para todos los gustos. Algunos creen que lo hará de 23% a 24%, otros de 26% a 28% e incluso algunos creen que llegará a 29%. Básicamente depende de cuál es la tasa de inflación que hoy estiman, pero la mayoría proyecta un crecimiento de dos puntos porcentuales. En el otro rincón, Ramiro Castiñeira, de Econométrica, sostiene que la inflación caerá en 2011. “La apreciación cambiaria y la caída en el precio de la carne hará que el índice muestre una disminución este año”. El Estudio Bein estima que 5 puntos porcentuales de la tasa de inflación de 2010 se explican por la suba abrupta de la carne un año atrás. Pero con las medidas puestas en marcha por el Gobierno, la carne (en algunos cortes) podría estar registrando caídas superiores al 50%. Castiñeira estima que sin el efectocarne, la inflación registrará sí o sí una disminución para fin de año. “Pero, sin lugar a dudas, el factor que más disciplinará los precios será la apreciación del tipo de cambio. Llevamos tres años de apreciación y eso tiene un impacto sobre los precios mayor al que muchos creen”. Pero ¿qué hay con el crecimiento del gasto público? ¿Acaso no genera inflación? “La política fiscal no es tan expansiva como se cree. El superávit desapareció en 2008, pero en los últimos dos años las cuentas fiscales cerraron en cero y lo mismo sucederá en 2011”, opina Castiñeira. Por último, el economista señala un factor más que explicará la caída de la tasa de inflación: el Banco Central comprará menos dólares porque el superávit de la balanza comercial caerá y entonces emitirá menos pesos. Según Econométrica, el saldo comercial en 2011 se reducirá U$S 3.200 millones. Y de acuerdo a Ecolatina (ver abajo), desaparecerá el superávit de cuenta corriente.
Por Ezequiel Burgo para El Economista
http://www.eleconomista.com.ar/nota.php?p_id_nota=241
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