
Respecto al primer tema, en función de los indicadores macroeconómicos dados a conocer recientemente -en especial un crecimiento del 2,4% en el PBI del segundo trimestre contra uno del 3,7% en el período anterior- la entidad sostiene que la recuperación de los niveles de actividad y del empleo se desaceleraron, siendo sus principales causas: el lento crecimiento del ingreso personal, un mercado inmobiliario que no termina de recuperarse y, especialmente, una oferta de crédito aún restringida (credit crunch).
Por su parte, tanto los niveles de precios como las expectativas de inflación, se hallan contenidas dentro de los parámetros aceptados como normales: menores al 2% anual.
Conforme a este diagnóstico -y en un todo de acuerdo con lo anunciado recientemente por su presidente Ben Bernanke- la autoridad monetaria decidió atacar de lleno la ralentización del crecimiento, a través de las siguientes medidas:
1)Mantener la liquidez del sistema financiero mediante la reinversión en bonos del Tesoro de los vencimientos de la deuda de 1,7 billones de dólares, adquirida oportunamente por la Fed en el mercado (nada menos que unos 1,7 billones de dólares, equivalentes casi a un 12% del PBI)
2)Mantener "el nivel excepcionalmente bajo de la tasa de referencia por un período prolongado de tiempo".
De esta manera, quedó claro el fuerte compromiso de la Fed en el sentido de evitar que el menor ritmo de crecimiento lleve a una nueva recesión. Pero, ¿jugó la autoridad monetaria todas sus cartas? Claramente no. En efecto, aún quedan estrategias que, en caso de ser necesario, consideramos que no dudará en implementar:
1)Aumentar aún mas la liquidez del mercado, mediante compras adicionales de títulos públicos.
2)Disminuir drásticamente el interés que paga a las entidades financieras por sus excedentes de liquidez depositados en la entidad.
Más aún, de no tener éxito con las medidas anteriores, aún le quedaría una "bala de plata": comprar préstamos personales y de pymes; segmentos que, al menos hasta ahora, son los que más sufrieron la restricción crediticia, principal enemigo de la recuperación económica.
La Fed demostró explícitamente que hará todo lo necesario para evitar caer en una nueva recesión. A este respecto, si bien comenzó el proceso en forma gradual -en nuestra opinión- en caso de ser necesario no dudará en utilizar todo el herramental de política monetaria del que aún dispone. Esta estrategia es coherente con su mandato prioritario: lograr un crecimiento sostenido con estabilidad de precios.
Por Luis Palma Cané para Diario La Nación
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1295414
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